La plaza Mayor de Salamanca es un espacio urbano construido como plaza mayor que con el tiempo se ha convertido en el centro de la vida social de la ciudad española de Salamanca. Fue construida en el periodo que va desde el año 1729 al 1756, en estilo barroco. El diseño es del arquitecto Alberto Churriguera (pabellones Real y de San Martín) y posteriormente continuada por otros con pocas modificaciones respecto al proyecto inicial. A comienzos del siglo XIX sufrió diversas remodelaciones urbanísticas, hasta que poco a poco a mediados del siglo XX fue desprovista de sus jardines, quiosco de música central y urinarios públicos para quedar diáfana. A la plaza, que cuenta con la consideración de Bien de Interés Cultural, Miguel de Unamuno la definió de la siguiente forma: «Es un cuadrilátero. Irregular, pero asombrosamente armónico».
La primitiva plaza nació de forma natural en una campa en la que se comerciaba, junto a la antigua Puerta del Sol de la muralla salmantina y, por encontrarse allí la iglesia de San Martín, fue conocida desde el siglo XV como plaza de San Martín. Esta plaza era mucho más grande que la actual plaza Mayor, casi cuatro veces más y se extendía no solamente por la actual plaza, sino que comprendía la plaza del Mercado Central de Salamanca, la del Corrillo y la del Poeta Iglesias, siendo considerada como "La plaza más grande de la cristiandad", en la cual se realizaban simultáneamente todas las funciones de una plaza (fiestas, mercado, etc.).
La idea de su construcción proviene del empeño administrativo del corregidor andaluz Rodrigo Caballero que a la edad de sesenta años logró convencer al Ayuntamiento de la necesidad de una plaza más armónica y acorde con las corrientes urbanísticas de la época. En 1724 se segregó de la plaza primitiva y se comenzó a construir una plaza al estilo de la de Madrid, por el arquitecto Alberto de Churriguera, trasladándose a ella el Ayuntamiento (las Casas Consistoriales) lo que le dio el rango de plaza mayor. Muerto Churriguera, terminó la obra Andrés García de Quiñones (1755). Desde el punto de vista estético, la de Salamanca mejora claramente su modelo, no solamente por el material empleado (piedra franca de Villamayor con su color dorado característico), sino por sus proporciones, mucho más armoniosas y por ser completamente cerrada. Hay que tener en cuenta, que por entonces la de Madrid tenía dos plantas más y no estaba del todo cerrada: tras sufrir un incendio en 1790 (más de tres décadas después de terminada la de Salamanca), fue reconstruida por Juan de Villanueva, y fue remodelada suprimiendo los mencionados dos pisos (lo que mejoró sus proporciones) y cerrando las esquinas con arcos para la entrada de las calles, al modo de la de Salamanca.
El aspecto actual, en lo que se refiere al pavimento (baldosas de granito gris, con marcas de granito rosa), se hizo hacia 1953 con granitos procedentes de las canteras de Carbellino. Hasta entonces tenía un jardín central, con bancos, árboles, arriates de flor y un quiosco de música en su centro. Una calle adoquinada lo contorneaba.
Fue declarada monumento histórico-artístico de carácter nacional el 21 de diciembre de 1973, publicándose en el Boletín Oficial del Estado el 23 de enero de 1974.
En la actualidad, la Plaza Mayor es el centro de la vida de la ciudad y un punto de encuentro habitual de los habitantes. En ella se encuentran innumerables bares y terrazas, además de la cafetería más antigua de la ciudad, el centenario Café literario Novelty, que al estilo del Café Gijón en Madrid, ha sido punto de encuentro habitual de los literatos y artistas de la ciudad, desde su inauguración en 1905.
Con motivo del festejo del 250° aniversario de la Plaza Mayor de Salamanca se diseñó el programa cultural denominado "Salamanca 2005. Plaza Mayor de Europa", con actividades musicales y escénicas destinadas a todos los públicos.
La plaza Mayor de Salamanca no es un cuadrado perfecto (es un cuadrilátero irregular) y ninguna de sus fachadas mide lo mismo. Aproximadamente, la fachada del Ayuntamiento mide 82,60 m, la fachada oriental (Pabellón Real) 80,60 m, la fachada oeste mide 81,60 m y el lado de San Martín mide 75,69 m. Haciendo un cálculo aproximado, la plaza tiene una superficie de unos 6400 m² sin contar los soportales. En total la plaza tiene 88 arcos de medio punto con medallones en los que se representan personajes importantes en sus albanegas.