El Sumpul
1984
Este cuadro es una de las pinturas históricas más importantes de El Salvador contemporáneo y pone en evidencia el horror sufrido por la sociedad salvadoreña ante la masacre, a manos de militares salvadoreños y en colaboración con el ejército hondureño, de más de 300 ancianos, mujeres y niños cuando éstos trataron de huir a Honduras cruzando el río Sumpul el 12 de junio de 1980. El cuadro se pintó en tiempos de la dictadura militar, cuando la Junta militar aún estaba encubriendo este crimen de guerra (cuyos detalles no salieron a la luz hasta después de la firma de los Acuerdos de Paz de 1992).
“EL SUMPUL”
Director de programación del MARTE “El Sumpul”, realizado por Carlos Cañas en 1984, es una de las pinturas emblemáticas de la producción artística del período del conflicto armado y una de las obras relevantes de la historia del arte salvadoreño.
Como eje compositivo, el artista utilizó la diagonal, frecuentemente utilizada en el pasado como recurso para composiciones dinámicas por su sentido direccional; en esta pintura se utilizó para estructurar una escena en donde predomina lo estático, lo inerte. Cañas utilizó este recurso para representar un cúmulo de cadáveres humanos, los cuales parecen aludir a las laderas que bajan al cauce del río Sumpul, que no tiene presencia en la escena.
La presencia destacable es la de la muerte que interrumpió la existencia de campesinos en uno de tantos hechos sangrientos del conflicto armado. La masa caótica nos habla de lo indiscriminado de esta masacre. Sin embargo, en este conjunto de cadáveres aparece una figura cuya mano derecha levantada parece el símbolo de una bendición que nunca termina.
Grises y azules dominan la representación, acentuando el drama de la escena y elementos de color rojo aparecen en el borde inferior que aluden a los frutos de la tierra como producto de la sangre derramada en este lamentable hecho.
Esta escena podría ser de tantos sucesos sangrientos de este período de nuestra historia; es un memorial a los caídos, a la pérdida de tantas vidas humanas, a las consecuencias de un enfrentamiento entre hermanos y un pronunciamiento ante la violencia desencadenada que aún ahora, por otras razones, oprime a nuestra sociedad.
«Los tonos fríos, oscuros, grises, lo que pone al espectador en una atmósfera de sueño o pesadilla», según el experto Rodolfo Molina.11 Se dice que dicha pintura llegó a ser descolgada por un «indignado» diplomático salvadoreño en la Exposición Universal de Sevilla del año 1992.
25 de Noviembre de 2012
Por Rafael Alas
Examen al icónico “Sumpul”
Artistas y curadores analizan emblemática obra de Carlos Cañas.
El contenido y la forma de plantearlo; personajes, símbolos, metáforas y colores. La totalidad y los detalles. Todos estos elementos se conjugan en la obra “Sumpul” de Carlos Cañas, para considerarla como una obra emblemática, icónica. Esto según la opinión de artistas y curadores.
Para el artista y director del Museo de Arte de El Salvador (MARTE), Roberto Galicia, “Sumpul” se caracteriza por su trascendencia. “Hubo obras que estaban más cerca de uno de los bandos en disputa y otras que, si bien son testimonio de la época, no llegaron a trascender y a convertirse en un ícono. La de Carlos Cañas sí lo hizo”, explicó.
Galicia expresó que la pieza es consecuente con la línea del pintor y es producto de su madurez. Además, considera que destaca porque invita a al espectador a examinarla detenidamente.
“La obra contiene una serie de elementos que la hacen significativa y las personas pueden recorrer la obra e ir descubriéndolos”, señaló y luego agregó que era “dramática”. Pero Galicia no es el único que opinó de esta manera. “Hay horror y ternura”, explicó el curador independiente Jorge Palomo, quien resaltó dos aspectos de la obra: le da poder a la pintura y tiene un gran impacto emotivo.
El artista, curador y miembro de Grupo TEA Rodolfo Molina afirmó que “Sumpul” es una pieza que contiene diferentes niveles, pero el más importante tiene que ver que es un “homenaje a las víctimas”. Agregó: “Los representa muertos, es verdad, pero con dignidad. Habla de las víctimas inocentes, por las que nadie peleaba”.
La obra en detalles
Para los entrevistados, la elección de colores es fundamental en “Sumpul”. Para Palomo, estos colores dotan de una gran sobriedad a la obra. Molina explicó que el cielo es oscuro y tenebroso, pero con claridad de fondo, simbolizando esperanza.
Niño con juguete. Según explicó Cañas, en la escena aparece un niño que tiene un hilo en el dedo y unos juguetes de cartón. Para los entrevistados, el niño desnudo representa la inocencia destruida. Cerca del niño aparecen los decapitados.
El perro. Una figura un tanto oculta pero presente es el perro, que, según Cañas, nunca abandona a los campesinos. Para Molina, el perro se asemeja a los de Goya, como un homenaje a la pintura contemporánea.
Las flores. Aunque suelen ser confundidas con frutos como las granadas, usuales en las pinturas de Carlos Cañas, en “Sumpul” aparecen flores, según expuso su creador. Estos elementos adoptan una serie de significados, según los entrevistados. Para Galicia, estas flores pueden ser una señal de optimismo, como un renacer, sobre todo por la que es sostenida por la mujer. Mientras, para Molina estas pueden ser la forma escogida por Cañas para simbolizar a la sangre de forma indirecta.
La mujer iluminada. El personaje principal de la obra es la mujer, la madre. Según Cañas, ella representa el Sumpul. Una de las características particulares, según apuntó Galicia, es el halo que presenta. “Una luminosidad que parece no provenir del cielo, sino de ella”, aseguró. Para Molina, esto puede significar esperanza y trascendencia, sobre todo porque la mujer tiene una cara serena y no doliente. Palomo va aún más allá y señala las similitudes en la pose de la mujer con la de Jesús, en La Piedad, de Miguel Ángel.
25 de Noviembre de 2012
Por Óscar González
Entrevista Carlos Cañas/Artista, Premio Nacional de Cultura
“Pintar el dolor te angustia más”
Considerada como la pintura contemporánea más importante de El Salvador sobre un hecho histórico, Carlos Cañas habla del origen y significado de la obra “Sumpul” (1984), tras haber ganado este año el Premio Nacional de Cultura.
Lo primero que se ve es una montaña de cuerpos. Cuerpos inertes. Muertos. Hay una mujer con el rostro iluminado y sereno, una pareja de amantes, un perro, un niño con un juguete de cartón y ancianos. Hay penumbra. Hay dolor. Hay tragedia. Hay esperanza y amor. Se trata de la icónica obra “Sumpul” de Carlos Cañas, ganador del Premio Nacional de Cultura 2012, entregado a principios de este mes, y quien durante la entrega expresó que: “El arte no está hecho solamente para ser vendido, también está hecho para que concurra a las secuencias del ser salvadoreño”.
Tras haber sido pintada hace 28 años por Cañas la obra aún da de qué hablar y, como él mismo reconoce, ha adquirido cierta fama. Pero a Cañas solo le importa una cosa: que sus pinturas sean para “el pueblo”.
El cuadro refleja la masacre del Sumpul, perpetrada el 14 de mayo de 1980 en Chalatenango. El acontecimiento era desconocido por la mayoría de la población hasta que Cañas pintó esta obra en 1984, que ahora es considerada una de las joyas de la pintura nacional, y también reconocida a escala mundial por su calidad y sentimiento impreso en cada uno de sus trazos.
¿Qué representó para usted crear la pintura “Sumpul”?
Mucho dolor. Angustia. Ese cuadro me costó mucho, porque pintar el dolor te angustia más. Trabajé mucho. Era el principio de la guerra y era el único que trató esa temática. Para mí era natural hacerlo, no me constaba. Veía el problema, lo sentía, y aquella cosa que se siente hay que hacerla, hay que pintarla.
¿En algún momento pensó en plasmar una imagen distinta?
En principio, tracé el cuadrado maya. Los cuatro signos mayas en las esquinas e iba a pintar a los niños que, en las orillas del río, eran lanzados para caer sobre machetes, según leí. Pero esa imagen era muy dolorosa. Y me dije “eso no puede ser”. Entonces decidí hacer un cuadro del amor con la tragedia en medio.
¿Y cuál es, según sus palabras, el significado de “Sumpul”?
Todas mis pinturas tienen una significación para el pueblo. Son del pueblo. Y “Sumpul” significó expresar a mi pueblo en una escena trágica. Tan trágica, inútilmente trágica. Es la muerte del Sumpul.
¿El “Sumpul” es su pintura más importante?
Pinturas importantes hay muchas. La importancia que tiene “Sumpul” es porque es un cuadro histórico, una realidad histórica. Además, es un tema que nadie se había atrevido a tocar, del que nadie realizó obra ni escribió nada. Incluso, hubo quienes negaron que pasó. Pero “Sumpul” es un hecho no inventado, de una realidad histórica que sucedió.
Si le tocara pintar “Sumpul” ahora, ¿haría algún cambio en la obra?
Habría algunos cambios. Ahora lo trabajaría más en un sentido estético.
¿Solamente?
No. El tamaño que tiene actualmente no es el que debería. Tuvo que haber sido más grande. Pero la situación económica de entonces era mala, porque me hubiera gustado pintarlo dos veces más grande. Aunque no por grande sería más importante. Solo ocuparía más espacio.
Muchos describen a “Sumpul” como dramático, otros como directo, ¿usted cómo lo describiría?
“Sumpul” es la expresión del dolor a través del amor. El amor a un sistema nuevo de convivencia.
25 de Noviembre de 2012
Por Óscar González
Retrospectiva en homenaje al Maestro
CARLOS CAÑAS
Premio Nacional de Cultura 2012
Artes Plásticas
6 al 18 de noviembre de 2012
La Secretaria de Cultura de la Presidencia de la Republica, tiene el grato honor de presentar la obra retrospectiva del artista Carlos Cañas en la Sala Nacional de Exposiciones “Salarrué” en el marco de celebración del premio Nacional de Cultura 2012, dedicado a las Artes Plásticas.
Carlos Cañas nace el 3 de septiembre de 1924 en San Salvador. Ingresa a la Escuela Nacional de Artes Graficas en 1950, donde permanece por ocho años. Elige en su inicial periodo la temática indigenista aproximadamente en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX
Durante su estadía en España, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se enfrenta a novedosas corrientes en boga, especialmente al informalismo y la abstracción. A su regreso a El Salvador en 1958 irrumpe con sus nuevos conocimientos la tradición pictórica y se dedica a la abstracción, como segundo periodo de creación, iniciando en este sentido una nueva corriente para el desarrollo del arte nacional, partiendo de que el ancestralismo telúrico precolombino es el contenido simbólico de su innovación estilística.
En su tercera etapa, utiliza el dibujo expresionista dedicado| a contenidos políticos de la realidad salvadoreña en la que denota una valoración sobre la miseria, desamparo y angustia de su pueblo. Su credo estético consiste en que considera al arte como expresión que debe cumplir una función socio-política-cultural.
La cuarta etapa corresponde a la del “realismo mágico” en la cual regresa a la figuración preciosista, donde demuestra la perfección pictórica. La mejor muestra de este periodo se puede apreciar en los frescos que decoran la cúpula del Teatro Nacional de San Salvador. Su pintura figurativa conoce tres aspectos fundamentales: el realismo mágico, el mestizaje cultural y la ideología como esencia fundamental.
De tal manera que la armonía, como tipificación persiste de la creación de Carlos Cañas en todas las formas cognoscitivas de las artes visuales, se mantiene en sus distintos comportamientos en la relación tiempo-espacio, y, su arte ha sido contemporáneo tanto a los contextos históricos que le han rodeado como a los de su creación aislada y profundamente sensible.
Por eso y por mucho más esta exposición esta consagrada a uno de los mejores artistas integrales del siglo XX y XXI: Carlos Gonzalo Cañas, ganador del premio Cultura 2012 en la rama de Artes Plásticas.
“Maestrísimo Carlos Cañas, talento y baluarte nacional con quien la sociedad salvadoreña tenia una deuda moral, y, en esta ocasión cuando en nombre de la misma, se le rinde tributo en la Sala Nacional de Exposiciones Salarrué”, bajo esta exposición curada por Jorge Palomo.
Ana Magdalena Granadino
Secretaria de Cultura de la Presidencia.
Maestro Carlos Cañas, Premio Nacional de Cultura 2012
Esta exposición presenta una selección de la obra del Maestro Carlos Cañas, ganador del premio Nacional de cultura de este año. Se incluyen 48 piezas que abarcan más de 70 años de trabajo, con obras de cada década, e incluyen sus obras maestras. La exposición esta organizada en un recorrido cronológico.
Cañas ha llamado su obra “la gran síntesis” refiriéndose a la mezcla entre estilos de arte extranjeros modernistas con temas nacionales. Es portador de un vasto bagaje cultural universal y de un entendimiento de las realidades de nuestro país. Ha sido el precursor nacional de los diversos estilos artísticos. Y un infatigable humanista, presentando temas apegados a los derechos humanos y a la justicia social a lo largo de su carrera.
En la década de 1940 regreso de la Escuela de Artes graficas, sus profesores influyeron en su obra: José Mejía Vides con los temas del paisaje e indígenas, Y Luis Alfredo Cáceres Madrid con el muralismo Mexicano, el nuevo arte moderno de las Américas, que presentaba a la población rural en escenas propias del costumbrismo. El contenido se compone con lo social y lo político, y fundamenta las bases del artista.
En 1950, Cañas partió a España para estudiar artes, donde aprendió las corrientes modernistas europeas. Retorno al país en 1958, e introdujo la abstracción en El Salvador, continuando con contenidos sociales.
La década de los 1960 muestra series de abstracción matérica -pintura mezclada con materiales adicionales para resaltar la textura de la superficie-. La primera serie se enfoca en paisajes. La segunda se inspira en mobiliarios y elementos arquitectónicos. La tercera, titulada Serie Maya, es inspirada en el Popol Vuh, recupera un tema central de la histórica nacional en un estilo moderno. Esta década también presenta esculturas en hierro forjado, continuando la abstracción de las formas.
La siguiente década marco un cambio en estilo y contenidos. Impactado por la intervención militar en 1972 de la Universidad Nacional, comienza su serie de Testimonios que ilustran los abusos a los derechos humanos que ocurrían en manos de las dictaduras militares. Le sigue la Serie De Hospitales. Los cuerpos de ambas series muestran una deformación de los cuerpos que comunica lo trágico de las escenas. En la segunda mitad de la década dejo la abstracción por un realismo mágico, simbólico, haciendo uso de frutos, flores y personajes. Esta etapa culmino con una de sus obras maestras, el mural de la cúpula del teatro Nacional de San Salvador.
Durante el conflicto armado, continúo con temas de Testimonios pero también trata temas más propios del amor. Una de sus obras maestras, la representación de la masacre de El Sumpul, ha sido llamada la pintura histórica más importante de nuestra época contemporánea
Para la década de 1990, dejo a un lado el realismo de las décadas pasadas. Figuras son dibujadas con pintura en una pincelada y un colorido más expresionista, sin dejar a lado una sensación de irrealidad. Los bronces de esta década son figuras femeninas recostadas en estilos que van desde el realismo hacia un estilo mas simplificado.
Para el nuevo siglo, Cañas continuo el estilo y los temas de la década previa, pero en colores mas vividos y saturados, y con una línea mas grafica. Predominan representaciones de las mujeres. Actualmente, su obra sintetiza los colores y la línea grafica de las series previas, pero el estilo de las figuras recuerda la abstracción geométrica de su retorno de España en 1958.
Jorge Palomo.
Curador
Biografía
Carlos Cañas nació en 1924 en San Salvador. En 1944 egreso de bachiller en Arte y teoría de la Escuela Nacional de Artes Graficas. En 1947 fue dirigente del grupo de pintores independientes, quienes produjeron arte comprometido con la realidad política y social del país. En 1950 fue becado para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, España y permaneció en Europa hasta 1958. Cañas es parte de una generación de pintores salvadoreños que Estudiaron en Europa durante la década de los 1950 y que retornaron al país, cambiando el panorama de la pintura nacional. Carlos Cañas es el primer artista que exhibe pintura abstracta de corte cubista en El Salvador.
Desde 1958 hasta 1972, Cañas fue profesor en la facultad de Ingeniería y Agricultura de la Universidad Nacional de El Salvador, siendo nombrado jefe del Departamento de Teoría e Historia en 1969. En 1974, fue nombrado profesor en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Desde 1976, y por varios años, fue profesor de pintura y dibujo en el Centro Nacional de Artes, eventualmente fungiendo como director (1996-2001). Impartiendo Clases de pintura en su estudio desde la década de los ochenta hasta 2008.
Su obra es concurrente con el modernismo del siglo XX, empapándose de todas sus corrientes más importantes aplicadas temas nacionales. Su producción artística incluye pintura, murales, escultura, dibujo, grabado, ilustración de libros, diseño de escenografía y vestuario. Su larga carrera abarca diversos estilos como el indigenismo y paisajismo, el cubismo, obra abstracta matérica, el realismo mágico; así como el expresionismo a finales del siglo XX. Vemos un retorno a una abstracción geométrica en su obra reciente. Entre los murales pintados por Cañas se encuentran los del Teatro nacional de San Salvador (1977). Su temática por la excelencia ha sido el humanismo.
Además de mas de setenta exposiciones individuales y cientos de expresiones colectivas a nivel nacional, ha exhibido en Centroamérica, Cuba, México, los Estados Unidos, Sur América, Europa, Japón y Costa de Marfil. Ha participado en importantes bienales internacionales, incluyendo la XXIII Bienal de San Paulo (1996) donde represento al país de manera individual.
Cañas ha recibido numerosos reconocimientos como: el Reconocimiento por su labor por la Asamblea Legislativa de El Salvador (1988); la Orden del caballero de las Artes y Letras del gobierno de Francia (1990); la Condecoración José Matías Delgado del Gobierno de El Salvador (1992); la Condecoración Isabel la Católica del Gobierno de España (2001) el premio Nacional de Derechos Humanos de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador (2002); el premio Valor Cultural 2003 del Consejo Nacional para la Cultura y el ARTE; la Cruz de Santiago del Centro Español y la Embajada de España (2009); la condecoración Miembro de Merito de la Fundación Carlos III del Teatro Real de Madrid 82012); y el Premio Nacional de Cultura, rama de Artes Plásticas, de la secretaria de Cultura de la Presidencia (2012).
Su obra se incluye en la colección Nacional de Pintura y Escultura, el Museo Forma y el Museo de Arte de El Salvador MARTE, así como el Museo José Luis Cuevas de México.